domingo, 29 de mayo de 2011

VIII Encuentro Diocesano de Jóvenes y I Encuentro Diocesano de Jóvenes Universitario

Tomado de: http://www.obispadozaratecampana.org

Participaron de los encuentros cerca de 300 jóvenes (aproximadamente 110 al de universitarios, y 190 en el de secundarios). La decisión de realizar dos encuentros paralelos, uno para jóvenes adolescentes y otro, el primero a nivel diocesano, para aquellos que hayan pasado la etapa de la educación secundaria (sea que estén cursando estudios terciarios, universitarios o trabajando) se originó dada la diferencia de edad, formación, intereses y requerimientos; y si bien compartieron momentos juntos (Misa, Adoración Eucarística) se trataron temas diversos, con distinta profundidad de acuerdo con la realidad de cada uno. Además, de este modo, continúa la organización de la Pastoral Universitaria en nuestra diócesis.

Dado que era el IV Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor y Jornada mundial de oración por las vocaciones, el Encuentro se realizó en el marco de la Ordenación presbiteral de Oscar Moretti. De esta manera, los jóvenes comenzaron a llegar a la Catedral Santa Florentina de Campana desde las 10hs. y participaron de la Misa de Ordenación sacerdotal, para muchos la primera vez en este tipo de celebraciones; y tomaron parte en esta gran fiesta para nuestra Iglesia diocesana.

Concluida la Eucaristía, se dirigieron al Colegio Santo Tomás de Aquino donde, luego de una breve bienvenida por parte de los sacerdotes que integran la Delegación de Pastoral de Juventud, compartieron el almuerzo. Cerca de las 14hs. tuvo lugar un momento de oración y luego la división por edades para participar de los respectivos encuentros.

VIII Encuentro Diocesano de Jóvenes:

Graciela y Carlos Fontiveros, un matrimonio de Pilar, tuvieron a cargo la charla prevista cuyo eje central fue: “Revalorizar la vida y resaltar los atentados actuales contra ella: la drogadicción, el alcoholismo, la alienación provocada por el mal uso de la tecnología, la ansiedad y la inmediatez, la desesperanza y el sin sentido de la vida.”

Más tarde, se invitó a los jóvenes a representar diversas situaciones de sus vidas; así mediante el role-playing, a través de la actuación, pudieron verse reflejados en realidades con las que conviven a diario para tomar conciencia de la necesidad de actuar en favor de la vida.

I Encuentro Diocesano de Jóvenes Universitarios

La Dra. Paula Furlong y el Ingeniero Eduardo Furlong tuvieron a cargo la primera charla sobre “El aborto”. Específicamente, se respondió a las principales argumentaciones a favor del aborto desde una perspectiva científica o “racional”; se explicaron las consecuencias negativas de su legalización, se presentaron los anticonceptivos abortivos más utilizados y menos expuestos como tales, finalizando con el tema del Síndrome post-abortivo.

La segunda charla: “La cultura de la vida, según el Magisterio, en particular del beato Juan Pablo II” estuvo a cargo del Dr. Hugo Alberto Verdera. Se incentivó a los jóvenes a conocer el Magisterio de la Iglesia, y animó a ser testimonios, con palabras y obra, de Jesucristo Resucitado en los diversos ambientes de la sociedad.

Alrededor de las 16hs., los participantes de ambos encuentros recibieron con entusiasmo al Sr. Obispo, Mons. Oscar Sarlinga, quien luego de darles un mensaje compartió un momento de diálogo con ellos, respondiendo a preguntas que surgieron espontáneamente y escuchando atentamente lo que los jóvenes esperan de la Iglesia.

Cerca de las 19hs., se recibió la visita de Cáritas Diocesana, representada en su directora, la Sra. Margarita Andreini y colegas, quienes con el testimonio de su apostolado a favor de los hermanos más necesitados, invitaron a los jóvenes a participar del Encuentro “Mochileros de Cáritas” para comprometerse con ese proyecto.

Para cerrar lo vivido durante toda la jornada, tuvo lugar la Adoración al Santísimo Sacramento en la que se puso en manos de Dios lo profundizado en cada momento. La misma fue llevada adelante por el neo-presbítero Oscar Moretti, mientras que otros varios sacerdotes confesaban.

lunes, 16 de mayo de 2011

El Obispo de Zárate-Campana entrega la medalla "pro Ecclesia et Pontifice" al R.P. Rafael Carli CM

Ésta noticia puede leerse también en:
http://padrenuestro.net/
http://www.milagrosaescobar.com.ar/
http://www.aica.org/

Colación Medalla Pro Ecclesia et Pontifice a P. Carli.
Con ocasión del término de su servicio como administrador parroquial de San Antonio de Padua, de Ingeniero Maschwitz (partido de Escobar), donde estuvo 7 años, el R.P. Rafael Carli, de la Congregación de la Misión, de los "Padres Lazaristas, o Vicentinos" recibió esta distinción honorífica de manos de Mons. Oscar Sarlinga, Obispo de Zárate-Campana, quien además presidió la eucaristía celebrada en el templo parroquial previamente a la ceremonia de colación. Concelebraron y estuvieron presentes en la ceremonia el R.P. Juan Carlos Gatti, CM (Visitador provincial de dicho instituto religioso), Mons. Edgardo Galuppo (vicario general), el Pbro. Agustín Arévalo y diversos sacerdotes vicentinos. El R. P. Carli ya había sido nombrado hace algunos meses como superior responsable de la casa religiosa de la congregación en Belén de Escobar. El Obispo destacó en la homilía las cualidades pastorales del Padre Carli, e hizo referencia expresa a la gracia que tuvo de haber sido el cura párroco y rector de la Basílica de Nuestra Señora de Luján cuando la visita de S.S. el Beato Papa Juan Pablo II, la primera que realizó a la Argentina, en 1982. El Padre Carli, concluido su servicio en Luján, pasó a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en Buenos Aires, y luego a la diócesis de Zárate-Campana, donde se desempeñó en parroquias de las ciudades de Belén de Escobar, Baradero e Ingeniero Maschwitz.
En cuanto a la concecoración pontificia, una de las más significativas del Vaticano, le ha sido concedida por su labor misionera, pastoral y su espíritu sacerdotal y fidelidad a la Iglesia.

La Cruz Pro Ecclesia et Pontifice fue instituida por León XIII en julio de 1888, en la celebración de sus cincuenta años de ordenación sacerdotal. Premia la fidelidad a la Iglesia y el servicio a la comunidad eclesial. En época de León XIII, consistía en una cruz octogonal con la flor de lis y con la imagen de dicho Papa, rodeada por la frase «Leo XIII p.m. anno X» (año diez de su pontificado). En el reverso figuraban los emblemas papales y el lema «pro Deo et pontifice». El Papa Pablo VI la reformó, y la transformó en la medalla que hoy conocemos, con la efigie de los Apóstoles Pedro y Pablo, y la cinta con los colores pontificios.