El
Obispo Mons. Oscar Sarlinga llamó a a recuperar el sentido del
“anuncio natalicio”, en sentido de las nuevas creaturas que somos por
la gracia y asimismo “el profetismo de la esperanza”, sin la cual la
Iglesia y la sociedad quedarían inermes.
Siguiendo
un pedido del Obispo Mons. Oscar Sarlinga, la feligresía de la iglesia
concatedral de la Natividad del Señor en Escobar (diócesis de
Zárate-Campana) ofrendó un hermoso y artístico retablo (o “altar
lateral”), obra de un reconocido artista en madera de cedro, donde el
mismo Obispo entronizó el sábado 22 de diciembre la venerable e insigne
imagen de San Pedro, del siglo XVIII, la misma que acompañó la
eucaristía de apertura diocesana del Año de la Fe, el 12 de octubre en
Nuestra Señora del Pilar, ante millares de fieles. Junto a la sagrada
imagen fueron puestos en valor unos relicarios que desde muy antiguo
estaban destinados a la iglesia de la Natividad, con las reliquias
autenticadas del Padre apostólico (y obispo) San Timoteo, y de otros
santos. Mons. Oscar Sarlinga procedió a la bendición del nuevo retablo y
de la imagen del Apóstol, después del saludo inicial, luego de lo cual
se dio la procesión hacia el altar mayor, y siguió con la oración
colecta. En la homilía el Obispo hizo referencia a la fe, la fe en el
aspecto subjectual de “adhesión de toda la inteligencia y de todo el
corazón”, y también en su dimensión de “contenido de la fe que la
Iglesia nos propone para creer”, y que hemos de profundizar,
principalmente con el Concilio Vaticano II y con el Catecismo de la
Iglesia Católica” –dijo-. Refiriéndose al Concilio, dijo que el día de
su apertura, el 11 de octubre de 1962 se celebraba la fiesta de María
Santísima, Madre de Dios y que por eso el Papa Benedicto XVI, en su
convocatoria al Año de la fe, se lo confió a la Virgen, y para ello
peregrinó a Loreto, a la Santa Casa, pues la Virgen María brilla
siempre como estrella en el camino de la nueva evangelización”. Exhortó
también a recuperar el sentido del “anuncio natalicio”, en sentido de
las nuevas creaturas que somos por la gracia y de cómo el Señor
naciente nos hace “renacer en Él”, y asimismo “el profetismo de la
esperanza”, al que ve, dijo Mons. Sarlinga, como un componente
revitalizador para la nueva evangelización al que nos llama la Iglesia, y
sin el cual, “tanto la misma Iglesia como la sociedad quedarían
inermes”. La Santa Misa fue televisada en directo por el Canal
Provincial y el Canal de Escobar. La sagrada imagen del Apóstol San
Pedro que fue entronizada es una de las pocas del mismo con que cuenta
la diócesis, puesto que las hay, a excepción de la de Escobar, expuestas
a la pública veneración sólo tres, en la ciudad de Campana, dos de la
capilla de San Pedro en el barrio de Villanueva habiendo sido, la
ubicada junto al altar, proveniente de la catedral de San Isidro (según
documento de donación). La tercera imagen de San Pedro, junto con la de
San Pablo, está en la actual parroquia de Nuestra Señora de Luján y de
los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, en Campana (luego de haber estado
en el Seminario diocesano, cuando funcionó en la ciudad, hasta el año
de su cierre, en 2001). Actualmente en el Seminario (en Campana) no hay
estatuas sino dos imágenes pictóricas que representan a los Apóstoles.
También citó el Obispo algunos aspectos de la homilía del Papa
Benedicto XVI para la apertura del Año de la fe en Roma, los cuales
pueden encontrarse en:
Y en:
En
especial se refirió al parágrafo en el que el Papa Benedicto afirma
que el Año que ese día inauguraba “ (…) está vinculado coherentemente
con todo el camino de la Iglesia en los últimos 50 años: desde el
Concilio, mediante el magisterio del siervo de Dios Pablo VI, que
convocó un «Año de la fe» en 1967, hasta el Gran Jubileo del 2000, con
el que el beato Juan Pablo II propuso de nuevo a toda la humanidad a
Jesucristo como único Salvador, ayer, hoy y siempre. Estos dos
Pontífices, Pablo VI y Juan Pablo II, convergieron profunda y
plenamente en poner a Cristo como centro del cosmos y de la historia, y
en el anhelo apostólico de anunciarlo al mundo. Jesús es el centro de
la fe cristiana”. Y asimismo, reafirmó Mons. Sarlinga, aludiendo al
Concilio Vaticano II, que el Papa mencionó en dicha homilía que (…) «el
supremo interés del Concilio Ecuménico es que el sagrado depósito de la
doctrina cristiana sea custodiado y enseñado de forma cada vez más
eficaz… La tarea principal de este Concilio no es, por lo tanto, la
discusión de este o aquel tema de la doctrina… Para eso no era necesario
un Concilio… Es preciso que esta doctrina verdadera e inmutable, que
ha de ser fielmente respetada, se profundice y presente según las
exigencias de nuestro tiempo» (AAS 54 [1962], 790. 791-792). Así decía
el Papa Juan en la inauguración del Concilio”. De la Santa Misa
presidida por Mons. Oscar Sarlinga concelebraron los Pbros. Mauricio
Aracena, rector, Albino Cabral, cura párroco, Nestor Villa y Carlos
Bertone, vicario parroquial. El coro de jóvenes de la parroquia engalanó
la celebración, al término de la cual se tuvo un gesto, similar al
reciente en la iglesia catedral de Santa Florentina, de la luz de la paz
de Belén, de la pastoral scout de la comisión católica de la
asociación civil Scouts de Argentina.